¿Cómo sé si lo que tengo es estrés?

Cada uno siente y manifiesta el estrés de manera distinta. Podemos experimentar molestias físicas o presentar otros síntomas emocionales sin saber que son provocados por el estrés. En general, nos acostumbramos a la vida que llevamos y no le prestamos atención a lo que sentimos. O bien, le restamos importancia porque nos parece que no podemos hacer nada para cambiarlo. Esto es así: el estrés forma parte de nuestra vida al punto que nos acostumbramos a él y no nos damos cuenta de cómo influye en la salud y en las relaciones con otras personas.

Los especialistas aseguran que un poco de estrés es necesario para estar activos, despiertos, concentrados y para saber actuar ante diferentes situaciones. El problema surge cuando se da de manera muy continuada o en mayor grado. En ese caso, sus efectos suponen un riesgo para la salud física y emocional.

¿Cómo afecta el estrés al cuerpo?

Las consecuencias físicas del estrés se deben a la mayor producción de cortisol, la comunmente denominada "hormona del estrés", que se libera en situaciones de mucha tensión y provocan una reacción del cuerpo. Por ejemplo, si tenés problemas para conciliar el sueño o te sentís cansado todo el día, si se te olvidan la mitad de las cosas que tenías que hacer o estás más irritable de lo normal, es probable que estés con algún tipo de trastorno por estrés.

¿Cómo afecta el estrés a la mente y a las emociones?

Muchas personas acuden a la consulta psicológica proque están teniendo problemas de pareja y muchas veces el estrés es responsable de ello. Si nos ponemos a pensar, la falta de deseo sexual genera frustración y aumenta los niveles de estrés.

Asimismo, en situaciones de mucha tensión o exceso de actividades la sobreproducción de cortisol afecta negativamente al sistema inmunológico haciendo que las defensas bajen y que nos enfermemos. Las personas que padecen de estrés crónico suelen presentar problemas digestivos, colon irritable, tensiones musculares y dolores de espalda.

Estrés, insomnio y ansiedad

El exceso de responsabilidades y preocupaciones es una de las principales causas del insomnio. Y la persona que no duerme ni descansa correctamente a la noche sufre de fatiga y desgano durante el día. Se crea así un círculo vicioso del cual no es fácil salir: el estrés llegó a cierto nivel que ya no resulta beneficiosos para ser más productivo y rendir más, sino todo lo contrario.

Una consecuencia directa del trastorno del sueño provocado por el estrés es el aumento de la ansiedad. Aparecen así los dolores de cabeza constantes, la inquitud y el nerviosismo. Queremos comernos todo o salir a fumar cada cinco minutos o lloramos por cualquier cosa dandole vueltas una y otra vez a la misma cosa, miedos, sensaciones de falta de control. La ansiedad originada en el estrés acumulado y prolongado, paraliza.

¿Qué podemos hacer para combatir el estrés?

La consulta psicológica es el primer paso. No todos los problemas de estrés tienen el mismo origen. Hay que evaluar de manera individual cuáles son las causas que lo provocan para determinar cómo se puede hacer para controlarlo y volver a disfrutar de los momentos que nos da la vida sin darle vueltas y vueltas a los posibles riesgos, a la inseguridad, a perder a quienes nos aman, a que nos sean infieles, a encontrar pareja o a quedarnos solos.

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