¿Sufrís dependencia emocional?
¿Temés a la soledad y no imaginás la vida sin tu pareja? ¿Necesitás agradar y complacer todo el tiempo y para esto evitás las confrontaciones amoldándote al otro?
Quienes padecen dependencia emocional se encuentran en un estado de apego extremo hacia su pareja, sufriendo una permanente y desmesurada necesidad de sostener el vínculo emocional y afectivo que los une. Omiten sus gustos, opiniones y deseos para evitar el rechazo, complacer a su pareja y asegurarse de que el otro lo siga queriendo. Lo peor que podría pasarle es que se termine la relación.
¿Es tu caso? Hacé el test:
Algunas características del dependiente emocional
- Baja autoestima. Cree que no es bueno para nada, necesita la aprobación y el apoyo del resto para tomar la iniciativa.
- Dificultad para tomar decisiones. El otro/a debe indicarle qué es lo correcto y lo incorrecto. Tiene temor a equivocarse, y a encontrarse en desacuerdo con su pareja.
- Agradar y complacer. Debe conseguir que la otra persona se sienta bien, que no se enoje ni se decepcione y agradarle aunque para esto tenga que sacrificar sus necesidades y deseos.
- No puede disfrutar las actividades en soledad. Quiere compartir todo el tiempo con la otra persona, cuando realiza algo solo se aburre y la pasa mal.
- Dificultad para poner límites. Le cuesta colocar límites entre la persona querida y él mismo. Se siente responsable de los enojos, malestares y problemas del otro.
- Olvido de sí mismo/a. Sus necesidades, deseos, emociones quedan en segundo plano detrás de los de la otra persona. Pierde su identidad, se vuelve una extensión de la personalidad de su pareja.
- Necesidad de control. Precisa saber todo lo que está haciendo su pareja. Gasta gran parte de su energía vital en averiguarlo diariamente.
- No puede ser sincero/a. Le cuesta manifestar su desacuerdo sobre ciertos asuntos o sobre cosas que lo dañan por evitar la confrontación y el juicio negativo.
- Idealización y justificación. Tiende a idealizar a su pareja: viéndola como alguien superior, por esto se subordina justificando todas sus conductas.
- Sumisión viciosa. Es común que la dependencia emocional se oriente a personas de extremos opuestos, con personalidades egoístas, narcisistas y dominadoras, lo que refuerza el vicio de subordinación.
- Pérdida de vínculos sociales. Al focalizar exclusivamente en su compañero/a sentimental, descuidan todos los lazos afectivos del afuera, aislándose de sus seres queridos.
- Miedo al rechazo y al abandono. Necesita la aprobación de la pareja frecuentemente para tener la tranquilidad de que todo está bien y la relación continuará. La repetición de este vínculo genera seguridad y aunque sea tóxico, siente que lo peor sería que se termine.
¿Reconocés estos síntomas en tu relación?
- No puedo tomar iniciativas con mi pareja por temor a que no le gusten.
- No me atrevo a expresar mis opiniones por temor a contradecir y parecerle poco inteligente.
- No le pregunto sobre sus sentimientos hacia mí por miedo a una respuesta que no me guste.
- Cualquier tiempo libre es para estar juntos.
- Si no pasa mucho tiempo conmigo, pienso que ya no me quiere.
- Nunca discuto ni peleo, me adapto a todo lo que quiere.
- No veo a mis amigo/as para no separarme aunque sea un rato de mi pareja.
- Oculto mis enojos y desacuerdos por temor a desagradarle y que me deje.
- Puedo renunciar a mis objetivos personales como estudios, trabajo o relaciones sociales con tal de no perder esta relación.
- Si mi pareja no me presta atención, o se aleja, insisto una y otra vez para acercarla.
- Si me deja, le suplico que vuelva conmigo, aunque que me haya despreciado o deba perder mi dignidad.
¿Qué puedo hacer?
Lo recomendable es que inicies terapia psicológica para poder cortar el vínculo de dependencia emocional que estás padeciendo. Para esto el primer paso es que seas capaz de reconocer tu problema y quieras resolverlo. Hay profesionales formados y con experiencia en dependencia emocional que pueden ayudarte.
- Afrontá el miedo a la pérdida y la soledad.
- Reconocé, expresá y satisfacé tus necesidades y deseos.
- Practicá el distanciamiento físico.
- Enfocate en objetivos fuertes de tu vida individual.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos.com.ar no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos.com no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
¿Querés seguir leyendo?
¡Muy fácil! Accedé gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.
Al continuar con Google, aceptás nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos
Ya tengo una cuenta. Iniciar sesión.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
Realmente y felizmente...ya no es totalmente mi caso...lo fue, AÑOS de terapia dieron Buenos resultados. HACE 25 AÑOS NO TENGO PAREJA. Pero no termino de recuperar mi autoestima, que de joven... fue elevada. Quisiera hacer Psicoterapia... tengo "OTROS" problemas. Vivo en Mar del Plata, pcia. de Buenos Aires, República Argentina.
Interesante artículo, aunque No es mi caso, soy muy auto suficiente, independiente, excepto tratar de complacer plenamente a mi madre de casi 92 años. Preocuparme! Y ocuparme! De los problemas de hijos y nietos, olvidándome de mí, como persona. Ello me ocurre desde que fui víctima de violencia de genero (1997) cuadro de depresión mayor muy bien tratada. Sé que debo tratarme nuevamente,pues surgen nuevos problemas. hoy, el económico, me angustia. Muchas gracias.
Muchos de los ítems coinciden con mi dependencia emocional, perdí a alguien que amaba por ser así, pero quisiera mejorar por mi y no por alguien más. Yo reclamaba a gritos su atención y él se canso de eso.
Un resumen perfecto de mi,fue como mirarme al espejo
Hola. Hice el test pero no me apareció el resultado.
Me interesa la psicología por problemas personales.
¡¡Muy buena información y muy importante saber!!
Soy dependiente emocional y aunque me doy cuenta y los alejo después busco volver o acepto que vuelvan a mí y no les digo que no. No le veo salida, hago siempre lo mismo y a veces me dan ganas de morir.