La ​violencia contra la mujer no es solamente física

La problemática incluye daños psíquicos, simbólicos y sexuales.

Tanto en entornos privados como públicos, las mujeres tienen probabilidades de sufrir violencias infligidas por sus parejas u otras personas con que se relacionen.

Las Organización Mundial de la Salud define la violencia contra la mujer como todo "acto que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada". Es decir, la psicológica, también. Podés realizar el test para descubrir si tú también la sufrís:

Es decir no se trata solo de agresiones físicas o verbales que recibe una mujer en su relación de pareja, sino que se extiende a todas las formas de violencias que la afectan por su condición sexual.

El término violencia de "género" se usa para destacar que tiene sus raíces en la desigualdad de género, es decir en la subordinación jurídica, social y económica de las mujeres en la sociedad, respecto de los hombres.

Las formas repetidas de violencia contra la mujer pueden ser:

Violencia física. Es la más visible y reconocida como violencia de género, y supone todo aquel acto en que se inflige un daño físico a la víctima por medio de la agresión directa.

Violencia Psicológica. Conductas que directa o indirectamente humillan y menoscaban la dignidad y el bienestar emocional de la mujer. Pueden ser insultos, amenazas, desprecios. También manipulación para que la persona se sienta indefensa y dependiente del agresor, culpable de la situación de abuso y merecedora de un castigo. Generalmente adquiere formas sutiles, y muchas víctimas no son conscientes de estar siendo maltratadas.

Violencia Sexual. Todo acto que amenace o vulnere el derecho de la mujer a decidir su sexualidad, comprendiendo ésta no sólo en el acto sexual, sino toda forma de contacto o acceso sexual, genital o no genital, acceso carnal violento o la violación propiamente dicha. Incluye el uso de la fuerza o intimidación dentro del mismo matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.

Violencia mediática. Difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta reproduzcan patrones socioculturales legitimadores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres. Por ejemplo la idea de que la mujer perfecta es como la define el mercado en todos sus ámbitos: los juguetes para "niñas" y niños, la industria de la estética y la farmacéutica, el entretenimiento o la pornografía.

Violencia Simbólica. Ejercida en la difusión de mensajes con símbolos que conforman patrones estereotipados, transmitiendo y "naturalizando" relaciones de dominación, desigualdad y discriminación de la mujer.

Violencia económica. Reducción y privación de recursos económicos a la pareja como medida de coacción y manipulación. También obligar a depender económicamente del agresor, impidiendo el acceso de la víctima al mercado laboral mediante amenaza, coacción o restricción física.

Violencia social. Limitación, control y aislamiento social de la persona. Se separa a la víctima de familia y amigos, privándola de apoyo social y alejándola de su entorno habitual. En ocasiones se pone a la víctima en contra de su entorno, forzando la rotura del vínculo.

Violencia Laboral. Discriminación hacia la mujer en el mercado laboral por ejemplo: limitando su acceso al empleo, ascenso o estabilidad en el mismo; negando el derecho de igual salario por igual trabajo, por ejemplo.

Violencia obstétrica. Es el maltrato practicado por la institución de salud, a través de sus médica/os y/o enfermera/os hacia la mujer que está en situación de vulnerabilidad a punto de parir. Ya sea con maltrato verbal para "terminar rápidamente" el trabajo de parto, aconsejando cesáreas que son más costosas, recomendando medicamentos pagos para calmar los dolores post parto, dándole al recién nacido -sin consentimiento de la madre- fórmulas (que son adictivas) en lugar de la leche materna, o vendiendo insumos para bebés en los primeros momentos de vida de su hijo/a.

Se pueden sumar a esta lista la violencia vicaria, patrimonial, institucional, acosos, entre tantos otros. Todas comúnmente legitimadas por muchas normas sociales y culturales que colocan a la mujer en un lugar de inferioridad y obediencia frente al hombre.

Las consecuencias para las víctimas son todas graves, ya que incluyen:

• Lesiones físicas y muerte;
• Embarazos no deseados y abortos inseguros y/o forzados;
• Infecciones de transmisión sexual;
• Depresión, ansiedad, baja autoestima, trastornos de sueño y alimenticios;
• Consumo de drogas y alcohol;
• Autoagresión, suicidio.

Es importante conocer las variedades de violencias que podés esta sufriendo, y buscar ayuda a tiempo. Toda vez que una mujer se siente disconforme con el trato que le da su pareja, un compañero de trabajo o cualquier persona que aproveche un situación de poder para mantener el maltrato, estamos frente a un caso de violencia de género en alguna de sus formas elementales. La mayoría de las veces la mujer tolera actos que no son fácilmente visibilizados como violentos, y en todos es indispensable la ayuda externa, ya sea de un profesional o del Estado; porque la dinámica de la violencia de género encierra a la víctima en sí misma y/o en el espacio de violencia del que solo sale con apoyo de otras personas, que suele ser en primera instancia el entorno íntimo de sus amistades.

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